Con gran fanfarria ha saludado la más rancia derecha la supuesta demolición de un tabú que estaría oculto, como aseguran los autores de tan estupenda hazaña, “por montañas de sombras y mentiras”, a saber, que el Frente Popular ganó por mayoría absoluta las elecciones de febrero de 1936 solo gracias a un “fraude decisivo”. Tras años de trabajo realmente ímprobo sobre las actas de las mesas electorales, Álvarez Tardío y Villa se presentan como debeladores de un fraude cometido en un clima de violencia por el Frente Popular.
Comentarios
Me llama la atención y me hace gracia que la historia se escriba rebuscando en los miles de papeles que existen sobre cierta época y seleccionando sólo los que avalan una tesis determinada. Eso de escribir la historia se llama historiografía y es interesante, pero no es historia. La historia contempla la verdad de todas las tesis pero también contempla sus propias mentiras, sus propias medias verdades.