Ya han empezado las peleas por política en las calles de Barcelona. A un nazi lo han pillado con un cuchillo. Indepes contra nazis, nazis contra manifestantes, manifestantes contra policía, palizas y cuchillos.
Miren, señoras y señores: si alguien se pregunta cómo es posible que se llegase a una guerra civil en España, terrible, cruel y vengativa, es porque ya antes la violencia en las calles era habitual, anarquistas y socialistas contra fascistas, y todos contra la policía, y todos los políticos usándolo todo. Si alguien se pregunta cómo pudo la Alemania de la República de Weimar convertirse en la Alemania nazi, es porque la violencia en las calles era habitual, nazis contra comunistas, todos contra la policía y los políticos contentísimos.
Es vital que la violencia no se vuelva habitual, aceptable, algo que se comenta de pasada. Eso puede acabar realmente mal.
1.- El gobierno debe parar esto inmediatamente. No puede tolerarse la violencia en las calles de Cataluña.
2.- Sería un momento fantástico para organizar una manifestación unionista en Barcelona, con gente de todo el país, con el lema "nazis fuera de las calles".
Comentarios
Hace más de 2 años ya lo avísabamos algunos por aquí. Es muy poco inteligente por parte de un gobierno pretender que millones de personas que desean expresar sus deseos políticos votando desaparecerán imputando y condenando a sus líderes electos por intentar llevarlos a cabo. También dijimos que era muy poco inteligente moler a palos a votantes el 1O y que eso iba a tener consecuencias a largo plazo y una profunda desafección. Dijimos igualmente que exagerar y criticar el movimiento independentista como violento sin serlo banalizaba la violencia real, que aún no se estaba produciendo. Esta semana con las condenas a los líderes hemos visto que uno puede tirarse una década en la cárcel sin haber ejercido ni llamado a la violencia. Uno ve que pueden llamarte violento sin serlo, calificar a millones de personas de violentas y enemigos de España sin serlo, simplemente por querer expresar su voluntad política, es decir, el abecé de la democracia.
Hoy vemos que hay gente que empieza a cansarse. Si los van a acusar de violentos hagan lo que hagan, algunos se preguntarán por qué no habrían de usar entonces la violencia, si, total, da igual. Más aún, se confunde la "fuerza contra las cosas" (como las hogueras, las barricadas y los destrozos) con la violencia, que se caracteriza por ejercer fuerza sobre las personas.
No hay forma más fácil de enquistar y agravar un conflicto político que convirtiéndolo en un asunto puramente judicial-policial. No hay mayor necedad que pensar que millones de personas que no quieren pertenecer ya a un estado que sigue criminalizándolos dejarán de querer lo mismo después de criminizarlos más. España viene cayendo en el error del recurso a la represión para solucionar los conflictos sociales desde el siglo XIX. La clase gobernante sigue sin aprender... quizás por cerrazón, fanatismo o herencias autoritarias.