Cuando en Occidente se prohibió el trabajo infantil, se trataba de evitar la explotación de los menores y que cuatro desaprensivos se lucrasen con el desvalimiento de los niños. Aquella gente pensaba con la cabeza y rechazó todos los argumentos que pedían que se permitiese trabajar a los niños para que sirviesen de sustento a sus familias.
Porque existieron esos argumentos. Se dijo que el trabajo infantil creaba hombres más robustos. Se dijo que el trabajo infantil acostumbraba a las personas, desde la edad más temprana, a obedecer, a cumplir un horario y a valorar el esfuerzo. Se dijo que mejoraba la competitividad de las industrias y que liberaba manos para trabajos de mayor esfuerzo. Se dijo de todo y ahí están las hemerotecas para comprobarlo.
Pero no coló y se prohibió el trabajo infantil. No coló por más que se ilustraron decenas de casos de viudas famélicas que sólo contaban con sus hijos para la subsistencia, y de huérfanos lacrimosos a los que se les impedía ganarse honradamente la vida. No coló, porque entonces sabían distinguir las razones de los pretextos.
Y ahora nos vienen con que se acumulan en nuestras fronteras decenas de miles de menores no acompañados. Si son menores y no dependen de un adulto, ¿me puede decir alguien a qué vienen? No pueden trabajar. Nadie se hace cargo de ellos. ¿Cual es su intención? ¿cual es el plan del que los envía? ¿O es que se levantaron una mañana de sus camas y se pagaron de su bolsillo el viaje para llegar hasta aquí a ver si podían jugar a la Play Station?
¿Estamos tontos o qué? ¿No somos capaces de ver que tras estos menores hay una red de explotación en la que los ganadores son las mafias y los perdedores son esos chavales y nuestros bolsillos?
Es obvio: si no pueden trabajar, los envían a vivir de nuestro sistema social. Los envían a acumular subvenciones, ayudas, derechos sociales y trienios para reagrupar luego al resto de la familia. Los envían a reírse de nuestras leyes y a explotar la irreflexiva buena fe de cuatro idiotas que desde aquí lo consienten, lo alientan y lo promueven.
No hay otra explicación. O la hay: y es que son tan malvados como los que apoyaban el trabajo infantil en el pasado, escondiéndose tras pretextos humanitarios para mejor llenarse la panza.
Ya está bien de pensar con la neurona que veía Marco. Ya vale.
Comentarios
no los envían a conspirar.
Ellos saben que las posibilidades de quedarse son superiores siendo menor que adulto, y se la juegan con 16 porque saben que con 20 es mas jodido quedarse.
Dicho esto, no encuentro ni una razón lógica para no meterlos en un ferry (ni siquiera un avión) y devolverlos de vuelta a marruecos.
#0 Por darte una buena noticia para tu cruzada anti inmigración, para que veas que la perseverancia tiene premio:
Los sirios hacen colas para regresar a casa después de años de huir de la guerra [ENG]
Los sirios hacen colas para regresar a casa despué...
bbc.comSi quieres curar una enfermedad atacas las causas, no los síntomas
#1 No hacen las colas desde Alemania, créeme.
La causa de que vuelvan es que están peor donde están ahora que en casa.
Y a lo mejor es una idea....
#2 muchos volverán porque en ningún momento quisieron venir aquí, sino mas bien tuvieron que elegir entre venir o palmar.
La tierra llama a muchos.
#2 O porque consideran que estarán mejor allí, tienen propiedades o simplemente han nacido allí.
Por esa regla de tres estaríamos en Suecia o en Dinamarca... no es tan sencillo.
La solución a la inmigración, para los que lo veis como un problema, debería estar en evitar que vengan y no en hacer que se marchen. Y no me refiero al muro de Trump precisamente.