Hace 3 años | Por Albertifosi
Publicado hace 3 años por Albertifosi

Comentarios

auroraboreal

Acabo de ver una serie, undone.
https://www.filmaffinity.com/es/film475568.html

#0 tu hilo me la ha recordado...

PasaPollo

Hmm, interesante, #0. Llevo un tiempo dándome cuenta de que siempre me considero en tránsito. No he tenido ningún trabajo en el que haya dicho "aquí me voy a quedar". Si no es cambiar es ascender, o tener temas más grandes, o hacer otras cosas complementarias. Es lo que estoy intentando cambiar, aposentar el culo de forma metafórica y casi literal al mismo tiempo.

La insatisfacción crónica y la desubicación pueden ser el motor de grandes logros a menos que, como yo, descubras que tu ambición vuela más alto que tu talento.

J.Kraken

#2 A lo mejor la fuente de la insatisfacción crónica, es que lo que ansiamos no es lo que necesitamos.

squanchy

#2 También está el caso contrario, cuando a tu talento no le dan alas. Normalmente, porque después de jornadas eternas de trabajo, te quedan pocas ganas de seguir volando.

mclovin

#2 Me recuerda al concepto de "vida líquida" del sociólogo Zygmunt Bauman, un libro que leí hace años. Aunque tiene una vertiente "conservadora", en el sentido de la nostalgia de un tipo de sociedad y el desconcierto del cambio de los tiempos, atina en la descripción del desasosiego contemporáneo yo creo que con bastante lucidez.

A riesgo de hacer interminable el comentario, pego aquí la introducción:

"La «vida líquida» y la «modernidad líquida» están estrechamente ligadas. Laprimera es la clase de vida que tendemos a vivir en una sociedad moderna líquida. La sociedad «moderna líquida» es aquella en que las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas de actuar se consoliden en unos hábitos y en una rutinas determinadas. La liquidez de la vida y la de la sociedad se alimentan y se refuerzan mutuamente. La vida líquida, como la sociedad moderna líquida, no puede mantener su forma ni su rumbo durante mucho tiempo.

En una sociedad moderna líquida, los logros individuales no pueden solidificarse en bienes duraderos porque los activos se convierten en pasivos y las capacidades en discapacidades en un abrir y cerrar de ojos. Las condiciones de la acción y las estrategias diseñadas para responder a ellas envejecen con rapidez y son ya obsoletas antes de que los agentes tengan siquiera opción de conocerlas adecuadamente. De ahí que haya dejado de ser aconsejable aprender de la experiencia para confiarse a estrategias y movimientos tácticos que fueron empleados con éxito en el pasado: las pruebas anteriores resultan inútiles para dar cuenta de los vertiginosos e imprevistos (en su mayor parte, y puede incluso que impredecibles) cambios de circunstancias. La extrapolación de hechos del pasado con el objeto de predecir tendencias futuras no deja de ser una práctica cada vez más arriesgada y, con demasiada frecuencia, engañosa. Cada vez resulta más difícil realizar cálculos fidedignos y los pronósticos infalibles son ya inimaginables: si, por una parte, nos son desconocidas la mayoría (si no la totalidad) de las variables de las ecuaciones, por otra, ninguna estimación de su evolución futura puede ser considerada plena y verdaderamente fiable.

En resumidas cuentas, la vida líquida es una vida precaria y vivida en condiciones de incertidumbre constante. Las más acuciantes y persistentes preocupaciones que perturban esa vida son las que resultan del temor a que nos tomen desprevenidos, a que no podamos seguir el ritmo de unos acontecimientos que se mueven con gran rapidez, a que nos quedemos rezagados, a no percatarnos de las fechas «de caducidad», a que tengamos que cargar con bienes que ya no nos resultan deseables, a que pasemos por alto cuándo es necesario que cambiemos de enfoque si no queremos sobrepasar un punto sin retorno. La vida líquida es una sucesión de nuevos comienzos, pero, precisamente por ello, son los breves e indoloros finales —sin los que esos nuevos comienzos serían imposibles de concebir— los que suelen constituir sus momentos de mayor desafío y ocasionan nuestros más irritantes dolores de cabeza. Entre las artes del vivir moderno líquido y las habilidades necesarias para practicarlas, saber librarse de las cosas prima sobre saber adquirirlas"

borre

#0 "La falta total de sentidos, de referencias, de intelectuales, de CALIDAD, en esta generación. Sin preferir nunca la guerra de varias generaciones pasadas, incluso allí había motivos por los que luchar."

Es que vivimos muy bien, y lo único que hay son 'first world problems', hasta que empecemos a aprender a base de hostias lo que va a ser una transición hacia lo 'verde'.

Un saludo.

J.Kraken

Leyendo tu artículo se me ocurre que te podría gustar esto que alguien publico aquí el otro día: https://poemas.yavendras.com/charles-bukowski/
Y también los libros de Chuck Palahniuk, el autor del libro en el que se basó la película El Club de la Lucha. Te lo digo porque te veo muy afuera del mainstream y estos dos autores te parten la cabeza.
Pero bueno, igual me equivoco. Enhorabuena por el artículo.

D

#0 "La falta total de sentidos, de referencias, de intelectuales, de CALIDAD, en esta generación".

Pero eso viene de antes, y va por tribus. A la gente no se la formaba para tener un pensamiento crítico, y cuando se ven con libertad para elegir entre un montón de youtubers guapos, pues se han dejado conducir por sus instintos más primarios.