Buenos días, meneant@s:
Es sabido que el refranero español es rico por conocimiento y forma variada. Durante lo siglos que han sucedido, se ha ido incorporando nuevos conocimientos que han ampliado el catálogo de este. Una de esas ampliaciones que resulta de mis preferidas es la siguiente:
A quien madruga, patada en los cojones
¡Ah, amigos! La famosa patada en los cojones; ese deseo más íntimo de mal que todo ser humano puede desear a cualquier otro (u otros). El mal por el mal. Dolor por dolor.
Pero analicemos matemáticamente este hecho:
Todos sabemos que el refrán (R) se compone de dos partes: La parte que vamos a llamar A y la parte que llamaremos B. Un hecho (A) desencadena una consecuencia (B), por tanto, tenemos la siguiente ecuación matemática:
Pero esta nueva variante que nos ocupa a continuación se basa en una nueva fórmula: eliminamos la parte B y obtenemos una nueva ecuación para el nuevo refranero (R2) en la que la antigua parte B se transforma en el deseo del mal (patadaenloscojones):
Y de esta forma, meneantes míos, tenemos una forma matemática que expresa el mal que todos hemos deseado en algún momento de nuestra vida.
Así, si en algún momento de vuestra vida, alguna persona os pide exponer el mal en una fórmula matemática, ya disponéis de ese poder.
Un saludo y recordad:
A caballo regalado, patada en los cojones