¿Eres de lo que tiene alergia a todo lo digital? ¿De los que añoran los tiempos donde todo se hacía a base de papel y boli? ¿De los que la civilización alcanzó su cenit tecnológico con los cassettes, el walkman y los teléfonos con botón de rellamada? Pues hay un sitio perfecto para ti: trabajar en un centro penitenciario de España.
Animado por un artículo que leí el otro día sobre La vergüenza de la informática en la administración pública" class="content-link" style="color: rgb(14, 170, 116)" data-toggle="popover" data-popover-type="link" data-popover-url="/tooltip/link/verguenza-informatica-administracion-publica">La vergüenza de la informática en la administración pública, me gustaría hablaros de estos maravillosos lugares donde no hay lugar a malas configuraciones, códigos de pacotilla o errores en el sistema virtual. Y no hay lugar a ellos porque apenas tienen infraestructuras informáticas.
La mayoría de centros penitenciarios no tienen partidas presupuestarias destinadas a gastos de material informático; estos entran directamente como material de oficina. La mayoría de los equipos son de los primeros años del último milenio. En mi oficina tengo ni más ni menos que un flamante Intel Pentium Core Duo con 1GB de RAM corriendo Windows XP SP1. Claro, que para qué más, cuando prácticamente el único software que tengo que utilizar es el gran Office 2003 y el Internet Explorer... Eso sí, la carcasa de la torre tiene un bonito logotipo de Instituciones Penitenciarias.
Claro, que aún así, me tengo que dar con un canto en los dientes. En otros centros he tenido que trabajar con una especie de ordenador todo-en-uno tipo TPV al que sólo el faltaba la manivela para arrancarlo. Y en otro, me ofrecieron un maravilloso terminal con un casi-intacto Windows ME.
Pero esta semana ha sido especialmente irritante. Aunque disfrutamos de una pequeña red LAN en los ordenadores de las oficinas (básicamente para transferirnos archivos de un ordenador a otro), se nos ha averiado la impresora (o mejor dicho, "parece que misteriosamente ha alcanzado el final de su vida útil"). Afortunadamente, teníamos otra impresora de repuesto a mano.
Desafortunadamente, no teníamos los drivers de la impresora.
Nuestro "informático" es en realidad un funcionario de prisiones con muchos años de experiencia que ha pasado a segunda actividad. O, para que se me entienda, que estaba harto de hacer guardia en los módulos y le han buscado otro destino dentro de sus capacidades.
Este informático sabe de ordenadores lo mismo que yo de religión. Es decir, pasamos los ritos hace mucho tiempo, pero hoy por hoy no podría decir quiénes fueron los doce apóstoles.
Desde hace unos meses, implementaron el sistema SIP para el seguimiento y manejo de datos de los internos, y que consta de un ordenador por módulo conectado a una intranet alojada en la jefatura de servicios. Afortunadamente, vinieron de la central de Madrid a instalar y configurar el sistema (a pesar de que las obras para cablear las instalaciones comenzaron en algunos centros hace siete años). Aún así, el SIP sólo funciona en Internet Explorer y, con suerte, Google Chrome.
Configurar una red LAN en la oficina (para cuatro ordenadores) le costó Dios y ayuda a nuestro informático, pero era necesario para poder usar la impresora y transferir documentos entre ordenadores que de otra manera habría sido imposible, puesto que los puertos USB están capados, y ay si se entera de que has estado "trasteando" con sus ordenadores.
En alguna ocasión le he dejado caer que, dado los cacharros de los que disponemos, sería mucho más práctico instalar alguna distribución de Linux. Y me ha contestado que él "también lo había pensado, pero está prohibido". Cierto, conservan una licencia de Windows XP para instalar en los ordenadores de la cárcel, y están obligados a usarla. También tienen otra licencia para Windows 7, que usan en los ordenadores de los módulos, algo más modernos (unos micro-ATX con Pentium D).
Bueno, pues nuestro "informático" está de vacaciones. Nuestros ordenadores no tienen el driver de la impresora y ésta no quiere funcionar sin el driver. No podemos enchufar pen drives y, obviamente, no tenemos internet.
Pero lo hemos solucionado. Como tengo que trabajar en varios sitios, casi siempre llevo encima mi portátil. Sí, no podemos hacer todo lo anteriormente mencionado, pero sí podemos llevar nuestro propio material informático. Y nos tiene prohibido toquetear el software, pero del hardware no ha dicho nada... así que he abierto la torre, he sacado el disco duro, lo que conectado a mi portátil con un lector de discos duros externos (desmontando primero el mío), he descargado el driver, lo he metido en el disco duro, he vuelto a instalar el disco duro en la torre, he transferido el driver a todos los ordenadores y...
...no tenía la contraseña de administrador.
¿Qué digo? La contraseña estaba escrita en un papel pegado en el culo de la torre.
Y pensaréis: ¿para qué tanta historia para usar una impresora? Pues resulta que teníamos que enviar de forma urgente varios informes. Y la única forma de hacerlo es mediante fax. Sí, sí. Fax. El lugar a donde teníamos que mandarlo tiene correo electrónico... pero nosotros no. ¡Ja! No tenemos internet, vamos a tener correo electrónico.
Y esta es una de las cosas que más me ha jorobado durante este estado de alarma. Muchas veces necesitamos cienta documentación que sólo los familiares de los internos pueden aportar: fotocopias de DNIs, certificados de empadronamiento, pensiones de todo tipo, libros de familia, informes médicos, contratos de trabajo, etc.
Con las comunicaciones cortadas durante más de dos meses, y la imposibilidad de los familiares de desplazarse al centro penitenciario a llevar los documentos (lo que ya es en sí una absurda pérdida de tiempo), la única forma de que nos pudiera llegar la información era o bien a través del fax (un número oscuro que no todos los funcionarios conocen) o bien enviándolo por correo ordinario a los presos, y que éstos nos la entreguen a nosotros.
En alguna ocasión he preguntado por qué diablos no se nos "informatiza" un poco más. Parece ser que la cuestión de no tener una infraestructura virtual decente es para, supuestamente, evitar abusos basados en el anonimato y porque parece ser que no hay presupuesto para hacerlo y mantenerlo.
Francamente, no veo la diferencia de que te envíen un e-mail a que te envíen un fax desde un locutorio que pueden usar miles de personas, salvo que quizás, la gente no suele llamarte hijo de puta o amenazarte de muerte a través de un fax. Pero en fin, que la sencillez de recibir amenazas, insultos y abusos a través del correo electrónico es similar a la sencillez de borrar dichos correos.
Lo más gracioso es que muchos de los organismos (unidades de policía, juzgados de vigilancia penitenciaria y otros tantos, centros de inserción, bufetes de abogados, etc.) con los que nos comunicamos digitalizan el material que les enviamos para poder trabajar. Básicamente, escanean los documentos que les enviamos por fax y trabajan sobre el contenido digital.
Quizá haya algo que se me escape de por qué en prisiones trabajamos como en el pleistoceno. Lo que no se me escapa es la huella ecológica que dejamos. Hay un almacén de material de oficina que está dedicado casi exclusivamente a tóner de impresora y paquetes de folios. Es cierto que hay que guardar la privacidad de los internos, y que el mundo virtual supone un riesgo, pero no es más significativo que el riesgo actual. Yo podría perfectamente hacer fotocopias de historiales y sacarlas a la calle en el maletín sin que nadie me dijera nada. No hay vigilancia alguna sobre el personal que trabaja en prisiones. Ninguna. Creo que la mitad del material de oficina que se destina a la prisión acaba en nuestras casas (y me incluyo porque alguna vez me he llevado un lápiz o un quitagrapas), pero hay quien se lleva hasta el material sanitario y de limpieza. Y no hablemos quienes van a la cocina del centro como si fuera el Mercadona...
Así que esta semana estoy bastante quemado porque la carga de trabajo ha aumentado significativamente. A la ridiculez informática hay que sumarle todos los nuevos ingresos en prisión (que muchos se habían paralizado durante el estado de alarma) y la avalancha de información tras estos meses de parón. Pero, sin duda, este absurdo analógico con el que se trabaja en la prisión me cansa especialmente.
Parece mentira que con lo que más me relajo estos días es cuando llego a casa y tengo que trabajar en MI portátil en otros asuntos, redactando, investigando, enlazando, enviando y siendo respondido en cuestión de minutos (o algunas pocas horas).
Porque, lo digo sinceramente, no hay cosa que más me joda que hacer una jornada de seis u ocho horas en una prisión, dedicar quince o treinta minutos con los presos, y el resto del tiempo a calentar silla mientras me peleo con los ordenadores y la tecnología de los 80. Pero si a tí te va ese "rollo", no lo dudes, verifica que no tienes antecedentes penales, y manda tu currículo o preséntate a unas oposiciones de Instituciones Penitenciarias. Disfrutarás y tendrás un buen sueldo.
(Aunque si también te gusta dar hostias, mejor preséntate a la Policía Nacional, que están más o menos igual)
Comentarios
Yo os cuento una parte del motivo. La responsable de informática de instituciones penitenciarias es una señora, hija de un antiguo mando militar, con una enfermedad mental muy seria. Tan seria e incapacitante que se encierra en su despacho acristalado mientras habla sola y gesticula.
Los funcionarios que la rodean, también en despachos acritalados, ahblan de sus cosas durante dos/tres horitas diarias sin ningún pudor, incluso jugar a las cartas he visto o verse temporadas completas de series en su PC, dia tras día y sin ninguna vergüenza. La informática la mantienen los externos, que consiguen un contrato por un par de años y ahí están, con sw del pleistoceno y sin posibilidad de pedir nada. Eso sí los funcionarios de la sede central, puntuales para los fichajes. Como les cuentan el tiempo trabajado, esperan en la cafetería a cumplir el tiempo semanal antes de fichar la salida.
Y lo único crítico en la informática era el ingreso de dinero en las tarjetas de los presos para que pudieran comprar en el economato y que no fallase la telefonía cuando tenían que llamar a las familias. Lo demás se iba pudriendo solo...
Siempre me pareció interesante ser funcionario hasta que estuve como externa unas semanas. Salí huyendo y lo recuerdo con horror.
#9 Emmmm... sin palabras. No sé que decir...
#9 Ya te han comprado el guion para la película?
#19 Yo no necesito vivir de películas y hasta ahora, afortunadamente, me puedo permitir elegir donde trabajar. Pero gracias por tu comentario, me parece gratuito y despectivo.
#20 "me parece gratuito y despectivo. "
Esto es tu juicio. No lo he puesto en duda mientras me acusas de desprecio por una ironía incomprendida.
Puede ser perfectamente una comedia thriller de horror basada en hechos reales con intención de crítica satírica al sistema.
En realidad y efecto estoy más que de acuerdo con el trasfondo.
Pero gracias por tu comentario... Me alegro de que puedas elegir trabajo.
#9 Eso pasaba en mi universidad, la gente a las 2 se iban a comer a la cafetería y a las 3 fichaban y se iban a sus casas. Además de 10 a 11 almorzaban en la misma cafetería. La jornada de 8 a 3 les salía redonda.
#9 El sistema de tarjetas de peculio y el de las cabinas telefónicas lo llevan dos subcontratas a nivel nacional. En muchas prisiones, estas empresas subcontratadas no tienen empleados que residan en la provincia donde se encuentra la prisión, por lo que hay que mandar a alguien de otra provincia o de Madrid. Pueden pasar días mientras acuden a arreglar el fallo.
#22 Jajaja, me atrevería a decir que nunca has trabajado en la administración pública. Tienes que tener muchísimo cuidado con las quejas de que no puedes trabajar, porque tus "compañeros" pueden volverse en contra tuya si creen que con tus reclamaciones les pueden forzar a "trabajar" más o aprender algo nuevo. En algunos círculos, hay "pactos de silencio" implícitos para ver cómo pueden trabajar menos y cómo pueden escaquearse más, y cualquier atisbo de empresa o ambición es una amenaza.
Por otra parte, si me llevo el portátil puedo leer
el MarcaElDiario en el curro.#23 ¡Doy fe de lo que respondes a #22. Yo no me tenía que llevar portátil porque sí teníamos internet, y yo era el responsable de configurar y mantener el firewall (que, básicamente, era prohibir el tráfico salvo algunas páginas autorizadas, excepto a 192.168.1.69, que era mi IP porque me gusta el nº 69, no sé por qué)
Joer 😥 .... "Ti" con tilde en Menéame... 😥 😥 😥
Y en la tercera línea. He leído el resto del articulo llorando.
#4, lo dices como si en Menéame fuésemos lo más en ortografia, cuando no pasa un día sin que aparezca un «sino» por un «si no».
#4 #11 Ayer edité el artículo corrigiéndolo tras una segunda lectura, y sin leer vuestros comentarios. Pero acepto los latigazos.
TiJamásLlevaTilde te llama #0
#11 Cómo me gusta que os acordés de mí
que dantesca la historia...
Que sepa ese buen señor q en el gobierno han comprado unos iphone X la version cara por supuesto (unos 20 creo q dijeron) el motivo? no lo quisieron decir!
#0 Sin que nadie se de cuenta, enchufa una raspberry Pi a la pantalla, la pegas con cinta detrás del equipo, y disfruta de potencia sin limites.
Siempre será mejor que la chatarra que tenéis
#3 Si es es la 1 o la 2, incluso la 3, sigue siendo inferior a un Core Duo.
Yo mandaría XP al cuerno y le metería minimo 7 con soporte y un SSD.
#5 yo tengo la PI4 y va bien, pero con su sistema. Aun le faltan cositas.
#3 Creo que las raspberries tienen menos potencia que los ordenadores que tenemos, y que sin Internet no son muy fáciles de configurar.
Además, me parece que sólo tienen salida HDMI, y los monitores y cables que tenemos son todos VGA. Y para comprar algo extra, ya tengo el portátil.
cc #2
#0 Glorioso artículo. Me ha encantado.
Yo estuve de becario en una universidad durante 2 años. Allí no sólo desaparecía el material de oficina porque los trabajadores se lo llevaban, ¡es que incluso surtía a una empresa que habían creado 4 profesores!
edit por duplicado
Pregunta ¿no te pueden despedir por contar estas cosas aquí? Me parece muy valiente
#1 ¿Quien está contando qué? Tu sabes que quien redacta el artículo es el famoso M.Rajoy
Jamás lo encontrarán, es el hijo bastardo de un predator y Carmen San Diego
#1 Y como se van a enterar que ha contado esto aquí, si no tienen internet
carademalo ¿qué ocurriría si tu no te llevases tu portátil?¿Podrías alegar que no puedes trabajar por falta de medios?
Por otro lado, me sorprende que la gente se quejase en otra noticia de que el empresario tenía que pagar la electricidad y el internet del teletrabajo y tú, que trabajas en la sacrosanta Administración Pública, te estés llevando tu portátil y no pase nada.
"(Aunque si también te gusta dar hostias, mejor preséntate a la Policía Nacional, que están más o menos igual)" Esos todavía van por ahí con un lápiz (nunca boli, no se por qué) y una libretita.
#24 El boli es peligroso. Pueden llegar a apuntar algo que más tarde necesiten "corregir" para que todo cuadre, y evidentemente es más fácil con el lápiz, que se puede borrar
No se puede poner internet para que los corruptos mafiosos que pagan por sus escandaleras políticas no manejen el cotarro desde tales lujosos módulos penitenciarios pagados por nuestros patriotas ciudadanos.
Que no hacéis más que quejaros. A ver si vamos a tener que traer unos panchitos para hacer vuestro trabajo. O telecontratarlos...
Mientras no reveles que han reemplazado la TV por una jaula con rueda de hamster dando vueltas todo el día...
¿Qué software necesita un carcelero para hacer su trabajo?
#0 siepse?
vaya mierda de sistema es el que estas retratando , estaba pensando en que habria soluciones para de verdad hacer conexiones verdaderamente seguras, pero vamos, sabiendo la incompetencia e inmovilismo que hay en la administracion publica cualquier cosa nos podemos esperar