Uno de los extremos más extraordinariamente injustos de la actual reforma laboral se encuentra en la fijación de las causas que permiten al empresario bajar los sueldos a su plantilla o despedir trabajadores con indemnizaciones ridículas. Destacan las causas económicas, con base en las cuales un empresario puede descolgarse del convenio colectivo del sector y pagar a los trabajadores sólo el SMI siempre que 1) su empresa tenga pérdidas en 2 trimestres consecutivos o 2) aunque no tenga pérdidas, el nivel de sus ingresos o ventas en 2 trimestres consecutivos sea inferior al que obtuvo en los trimestres correlativos del año anterior.
Habéis leído bien: yo puedo tener una empresa en un sector de producción cuyo convenio colectivo obliga a que pague a mis trabajadores 1500 euros. Solamente con que en los dos primeros trimestres de 2018 obtuviese 600.000 y 700.000 de ingresos, y en los dos correlativos de 2019 haya obtenido 500.000 y 600.000, puedo pagar a mi plantilla 900 euros al mes y dejarles privados de los beneficios de ese convenio.
Esto provoca que cuando hay que negociar descuelgues de convenio, los abogados laboralistas estemos bastante indefensos, pues con que el empresario nos muestre su contabilidad (a no ser que sepamos que es irregular) nos quedamos sin argumentos legales. Y es entonces cuando toca recurrir a las armas de la movilización, diciéndole que él puede descolgarse del convenio, pero sus trabajadores pueden montarle una huelga indefinida que le haga perder mucho más dinero que el que podría ahorrar con el recorte. El problema está en que se ha perdido la costumbre de hacerlas, al menos en bastante medida.
Nos han inculcado el dogma de que 1) tú votas 2) tu representante decide 3) lo que él decida es sagrado y 4) si no te gusta te esperas 4 años y cambias tu voto, pero mientras debes obedecer aunque sus políticas te dejen en la calle. Y ese dogma se ha radicalizado hasta el punto de criminalizar derechos que están en la propia Constitución, como la huelga o la manifestación. Algunas veces he escuchado decir a empresarios que convocar una huelga por una bajada salarial era una atrocidad porque la ley les amparaba para imponerla, obviando que a los trabajadores les ampara la Constitución para montar la huelga.
Es decir, se nos ha inculcado que la huelga y la manifestación son cosas que, si se usan, deben quedar reducidas a un simbólico derecho al pataleo, ocupando las calles o parando las fábricas durante unas cuantas horas para luego irnos a nuestras casas y que todo siga igual. Intentar emplearlas de forma indefinida (en plan "mantenemos la huelga o seguimos saliendo a las calles indefinidamente hasta que se deroguen las medidas injustas") es una especie de terrorismo antisistema. Pero no es así. Ambos derechos se concibieron como armas de los ciudadanos para proteger sus derechos cuando la autoridad los viola, y es obvio que con una manifestación simbólica o una huelga de un día eso no se logra.
Estamos viendo como ese dogma se rompe en diversos países, como por ejemplo Chile. Hoy me he quedado de piedra con estas imágenes
El Gobierno sacó a los militares a las calles, que dispararon contra la población matando a jóvenes de tiros en la cabeza y recordando el terror de Pinochet. Pero la gente respondió con una movilización masiva que ningún tanque puede detener. No sé si lograrán la caída del Gobierno, pero como mínimo van a lograr la implantación de reformas sociales importantes. Porque han perdido el miedo. Más de una vez les he dicho a los abogados de empresa con los que negocio, que para determinar hasta dónde puede estar dispuesta a pelear una persona hay que valorar lo esencial que es para ella aquello que se está jugando, y el riesgo que implica su lucha. Si aquello por lo que pelea es tan vital como su techo o el pan de su familia, lo previsible es que luche hasta el final, sobre todo si hay más personas en su situación y están en contacto. Porque solos somos mucho más cobardes que juntos, siendo éste el motivo por el que los poderes fácticos intentan aislarnos.
Los representantes políticos que surgen de unas elecciones tienen derecho a legislar sobre muchas cosas, igual que un empresario tiene un amplio poder sobre su negocio. Pero no tienen derecho a imponer salarios con los que es imposible vivir dignamente, ni negar a los ciudadanos servicios que entroncan con el núcleo esencial de los Derechos Humanos, ni acaparar la riqueza del país y transmitirla de padres a hijos impidiendo que sirva al interés general dando oportunidades a todos (lo cual no implica eliminar la propiedad privada, pero sí establecer un sistema fiscal que redistribuya la riqueza al nivel de los países europeos más avanzados).
Una vez le dije a un empresario que la maniobra maestra de su gremio (y de los políticos que lo sostienen) estaría en imponer un salario mínimo de 1200 euros. Con eso seguirían teniendo beneficios más que notables y desactivarían en grandísima medida cualquier lucha social. Porque nadie se juega el tipo por tener un Iphone de última generación, pero sí por llegar a fin de mes.
En resumen, si somos 10 y 9 deciden que yo voy a ser su esclavo, esa decisión no me vincula porque destruye mi dignidad, que es la propiedad más esencial de todo individuo. Por eso, cuando nos tocan gobiernos que toman decisiones de esa índole, hay que desenterrar los viejos derechos de huelga y manifestación y usarlos masivamente hasta lograr que se respete a todo el mundo. Al usarlos nos amparan la Constitución y la justicia más elemental. Igual que en Chile y en tantos otros lugares donde la gente está despertando.
Comentarios
Te olvidas del ataque y reprobacion mediatica y hasta la criminalización, que provoca practicamente cualquier causa.
Aquí, en España, el Tribunal Constitucional acaba de avalar que te puedan despedir, por estar de baja justificada por enfermedad y a mucha gente le parece bien, como se puede ver en los comentarios de este meneo: El Constitucional avala los despidos por absentismo laboral reiterado aunque esté justificado
El Constitucional avala los despidos por absentism...
elespanol.com#2 Es que eso venía en la reforma laboral. No creo que le parezca bien a nadie excepto a 4 communitys.
Hace 40 años los trabajadores eran conscientes de que juntos podían conseguir derechos. Desde partidos políticos de seudo izquierda creados exprofeso para ello, como los socialdemócratas y eurocomunistas, alentaron que había que deshacerse de consignas y de acciones "antiguas", y lo mejor para los obreros era negociar directamente con el empresario, y que eso nos repercutirían más beneficios, y así se creó una masa de trabajadores que no saben lo que cobra el compañero de al lado, y se evita que juntos acuerden como exigir mejoras y no sólo subsistencia, pero cuando ni con la subsistencia llegas a fin de mes, quizás se rompa el círculo en el que vivimos y que se mantiene por los mismos asalariados haciendo de freno al desarrollo de los derechos laborales.
Me contaban compañeros como a finales de los 70 principios de los 80, se hacían huelgas en las que lo que se conseguía eran unos minutos menos de horario laboral, y que aunque hoy parece una nimiedad, poco a poco consiguieron que no se trabajara sábados y bajar de 42 horas a 40 horas a la semana,... eso se hacía por que los trabajadores tenían conciencia de lo que eran y no hoy que todos aspiran a ser lo que seguramente nunca sean... Evidentemente siempre hubo algunos que "esperaban" que los derechos les vinieran del cielo... Hoy seguimos igual... Ojalá los "Chile's" se multipliquen.
#3 ahora nos acuchillamos entre nosotros, el compañerismo de cara y por la espalda...
Ya lo he dicho varias veces, cuando alguien te está pisando la cabeza, con buenas maneras no vas a lograr que deje de hacerlo. Lo único que va a entender el capitalismo es que les partas las piernas, todo lo demás es perder el tiempo.
Lo de que con el diálogo se puede todo, es una utopía
#5 Si quien te está pisando el cuello es más fuerte físicamente que tú, no tienes nada que hacer. Quien tiene la superioridad física (o directamente el monopolio de la violencia) tiene todas las de ganar. No parece que por ahí se puedan ganar batallas.
Otra cosa es que partiendo piernas igual sales en las teles, pero ése es otro tema.
Huelgas y manifestaciones son parte de un diálogo, o así lo entiendo yo.
#7 viendo esto no podía dejar de acordarme de las estructuras huecas de poder que mencionaba Max Weber, ya que hablas también del monopolio de la violencia por parte del estado. El caso es que ya no se trata de un quien, se trata de todo el entramado que se auto perpetua al infinito independientemente de quien ocupe el cargo. Se trata de una burocratización total del estado que funciona independientemente de las personas que ocupen los cargos. Hasta que esas estructuras no se vuelvan a plantear de cero, a crecer desde el consenso y el acuerdo, los problemas se resolverán dándole una patada hacia adelante al balón hasta que nos volvamos a encontrar de nuevo con él.
Antes era más sencillo, estaba acordándome de aquello de ¨mata al rey y vete a Murcia¨ de Alfonso X si mal no recuerdo. Ahora ese rey son megacorporaciones y organismos internacionales mil veces más complejos que aquello que nos describía Weber hace unos 100 años.
Aunque se ponga el país patas arriba no habrá posibilidad de cambio hasta que se cree una nueva coalición de estados que puedan hacer frente a esos organismos internacionales que ya no aprietan, si no que empiezan a ahogar. Y esos estados empiecen primero por crear unas líneas básicas de sustento.
#8 A mí me parece que hay estructuras de estado que son funcionales o incluso que contribuyen a redistribuir y paliar injusticias.
El problema lo veo más en el sistema de partidos. Las políticas se deciden, no con criterios de eficiencia, sino desde las posiciones estratégicas de los partidos. Especialmente cerca de elecciones (que es casi siempre, porque cuando no son unas, son otras). Son los partidos y políticos los que acaban instrumentalizando X estructuras, como las fuerzas de seguridad. Determinados cuerpos funcionariales e instituciones se intentan instrumentalizar con mayor o menor éxito. Pero per se, no veo que sean el problema.
Aunque es verdad que hoy las cosas son muy complejas. Las potencias ya no son Japón, o EEUU o RU. Son Google, Microsoft, Amazon o Monsanto. Y esto se debe, en mi opinión, al descuido de no incluir al poder económico en los sistemas de pesos y contrapesos de las democracias occidentales. Descuido que el frío dinero sabe aprovechar muy bien.
Supongo que esa coalición que comentas, o algo parecido, será un paso lógico. Lo que me temo es que ese nuevo equilibrio dejará muchas víctimas por el camino.
#9 no me refería tanto a las propias estructuras si no a la inmovilidad de las mismas desde las propias bases. Podríamos poner el ejemplo de la constitución cambiada a golpe de decreto rey pero inviolable bajo un referendo. Siento traer este ejemplo en estas fechas pero es lo primero que se me ha venido a la cabeza. Y aún así tampoco importa, porque sigue siendo como comentas, la complejidad y el alcance de las potencias internacionales supera a los propios estados. Gracias por responder.
Estimado livingstone85, me ha encantado tu artículo. Especialmente la parte de "si somos 10 y 9 deciden que yo voy a ser su esclavo, esa decisión no me vincula porque destruye mi dignidad".
Me parece muy bien que reflejes la lucha del pueblo de Chile, pero lo que quizá los medios no te enseñen es que tienes muy cerca otro pueblo, el Catalán, que comparte la misma lucha.
Nada más que tengas buen dia.
#11 Las palabras se despojan de su significado real cuando tratamos de retorcer a nuestra conveniencia la idea que se trata de exponer. Es como cuando intentas vestir una mona con seda. Buen día igualmente.
Históricamente la BIPARTITA es la solución de todos los tiempos.