A todos los que se interesen por este tema, os cuento que casi sin darme cuenta mi hija va a cumplir dos años y seguimos con la lactancia. Cuando estaba embarazada yo tenía claro que quería darle el pecho, pero no tenía ni idea de cómo iba aquello. Había oído que se daba seis meses y yo creía que a los seis meses y un día ya comían y no mamaban más. Confieso mi ignorancia, para que no piense nadie que lo tenía todo programado y planificado.
En la clínica donde nació la niña empezaron a darme los malos consejos que me pusieron en el buen camino. Me explico: el pediatra que la vio me dijo que había que darle "lactancia a demanda, nunca antes de cada tres horas". Una de las comadronas que pasaron me dijo que había que darle "lactancia a demanda, sin sobrepasar nunca las 4 horas sin mamar". Me llamó la atención la contradicción fundamental, y desde el principio le di a demanda sin ningún tipo de limitación. Algunas noches se tiró bastantes horas durmiendo, a veces mamaba muchas veces seguidas... Pero crecía y engordaba bien, estaba contenta, a mí no me dolía nada...
Cuando empecé a oír comentarios negativos fue cuando me empecé a informar (gracias Cárlos González y su libro "un regalo para toda la vida") y descubrí que lo estaba haciendo bien.
¿Lo mejor de la lactancia para mí? Creo que no digo nada nuevo: la comodidad, la facilidad, el vínculo, el amor... ¿Lo peor? Para mí nada, porque por suerte no he tenido dolores ni molestias ni nada.
Nadie me ha hecho ningún tipo de comentario por dar la teta en el parque, en la calle o donde me pillara. Incluso ahora a veces voy a recogerla donde la señora que la cuida y parte del camino va en brazos y mamando.
Los comentarios negativos han venido sobre todo de mi suegra (que da ella sola para un libro con sus manías persecutorias y taras mentales) y paradójicamente de la pediatra que sigue a la niña. Por suerte mi marido y yo estamos en el mismo bando y los ignoramos. La pediatra ha empezado a respetarnos porque al final ella misma ve que la niña está sana, que es alta, tónica y que para nada somos anti-médicos ni anti-vacunas. La niña tiene sus vacunas al día (faltaría más) y por suerte no ha tenido nada más allá de los mocos y algún día de fiebre. Realmente poco en estos dos años.
Somos gente normal (vale, yo soy un poco perroflauta desaliñada), por eso escribo esto, para compartir el hecho de que dar el pecho de manera "prolongada" (aunque en realidad lo que ocurre es que desgraciadamente se da el pecho de manera "acortada" en nuestra sociedad) es compatible con una vida normal. Nosotros trabajamos los dos, aunque tuvimos la gran suerte de que la niña estuvo conmigo hasta casi los ocho meses. No tenemos familia en la ciudad donde vivimos, y nos apañamos como podemos.
Así que aquí queda mi testimonio de una lactancia exitosa, no planificada, y que aún dura, no sé por cuánto tiempo porque creo que la dejaré destetarse sola.
Para terminar os dejo nuestro diálogo estrella: -"teta". -"¿quieres teta?" -"teta do". No sea que le vaya a dar sólo una.