Hace 6 años | Por --561349-- a economist.com
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Reducir horas, por ejemplo, de 55 a 50 horas a la semana, habría tenido solo pequeños efectos en la producción. Los resultados son aún más marcados cuando hablamos de jornadas de trabajo muy largas. La salida a las 70 horas de trabajo difería poco de la salida a las 56 horas. Ese extra de 14 horas fue una pérdida de tiempo.