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El tonto del pueblo (I)
Todo tonto del pueblo tiene un nombre, al igual que su pueblo. Al pueblo vamos a llamarle España y al tonto vamos a llamarle Luis.
Sobre Luis, que así se llama nuestro protagonista, se creía una persona muy inteligente, de sobresaliente, querido sobremanera en su entorno, pensaba que jugaban con el por lo buen amigo que era. Siempre se le veía contento, riéndose con sus amigos, en ocasiones incluso sobreactuando y compartiendo con ellos el dinero que tenia.
Era un chico grandote, sobrealimentado, con una cara de bonachón que era difícil no quererle. En ocasiones comía tanto que la sobremesa se alargaba hasta bien entrada la tarde. Era un pozo sin fin, no dejaba nada sobre la mesa, nunca tenia suficiente, algo casi sobrehumano.
A pesar de su aspecto, de huesos anchos como le gustaba decir, tenia novia. Ni muy guapa ni muy fea, del montón. En ocasiones era demasiado sobreprotector con ella, no podía ver como la demás gente le miraba el culo, era algo que le sobrepasaba, no era para menos, con sus posibilidades ella era lo mejor que podía tener. Siempre hablaba de que la llevaría de viaje sobrevolando todos los países y cenando en cada uno de ellos. Si, era un poco fanfarrón.
Era un cabrón con suerte, como le decían sus amigos de forma amistosa, muy popular entre ellos y en el resto del vecindario, entre otras cosas debido a su profesión, era cartero. Nadie entregaba los sobres tan rápidos como el, su capacidad de organización era sobrenatural, capaz de llevar 2 o más cosas al mismo tiempo. Su trabajo en ocasiones le dio algún que otro susto, como aquella vez que le sorprendió el perro de una vecina llegando a sobresaltarse de tal manera que se le cayó al suelo el paquete que llevaba encima, me refiero al que tenia que entregar, se sobrentiende creo yo.
Ademas de cartero en ocasiones ganaba un sobresueldo con pequeños trabajitos cortando el césped de los vecinos. En ocasiones la sobrecarga le pasaba factura con algún que otro dolor de espalda, pero nada que el gran Luis no pudiera sobrellevar.
Desgraciadamente para él, cada vez era mas conocido y su figura empezaba a sobresalir demasiado. Acaparaba tantos trabajos que podían repartirse fácilmente entre varios amigos. Para ello, le dieron una fiesta en su honor. Al llegar y ver el recibimiento se sobrecogió, no lo podía creer, era lo mas grande que habían hecho por él, se sentía especial. Durante la fiesta se lo llevaron a la parte de atrás de una de las casas y le dieron a probar una nueva droga que le provocó una sobredosis. A día de hoy los médicos todavía no saben si sobrevivirá
Desde su pueblo, mientras los amigos se reparten el pastel, le envían mensajes de apoyo que dicen: Se fuerte! Mañana te llamare. un abrazo.
Sobre Luis, que así se llama nuestro protagonista, se creía una persona muy inteligente, de sobresaliente, querido sobremanera en su entorno, pensaba que jugaban con el por lo buen amigo que era. Siempre se le veía contento, riéndose con sus amigos, en ocasiones incluso sobreactuando y compartiendo con ellos el dinero que tenia.
Era un chico grandote, sobrealimentado, con una cara de bonachón que era difícil no quererle. En ocasiones comía tanto que la sobremesa se alargaba hasta bien entrada la tarde. Era un pozo sin fin, no dejaba nada sobre la mesa, nunca tenia suficiente, algo casi sobrehumano.
A pesar de su aspecto, de huesos anchos como le gustaba decir, tenia novia. Ni muy guapa ni muy fea, del montón. En ocasiones era demasiado sobreprotector con ella, no podía ver como la demás gente le miraba el culo, era algo que le sobrepasaba, no era para menos, con sus posibilidades ella era lo mejor que podía tener. Siempre hablaba de que la llevaría de viaje sobrevolando todos los países y cenando en cada uno de ellos. Si, era un poco fanfarrón.
Era un cabrón con suerte, como le decían sus amigos de forma amistosa, muy popular entre ellos y en el resto del vecindario, entre otras cosas debido a su profesión, era cartero. Nadie entregaba los sobres tan rápidos como el, su capacidad de organización era sobrenatural, capaz de llevar 2 o más cosas al mismo tiempo. Su trabajo en ocasiones le dio algún que otro susto, como aquella vez que le sorprendió el perro de una vecina llegando a sobresaltarse de tal manera que se le cayó al suelo el paquete que llevaba encima, me refiero al que tenia que entregar, se sobrentiende creo yo.
Ademas de cartero en ocasiones ganaba un sobresueldo con pequeños trabajitos cortando el césped de los vecinos. En ocasiones la sobrecarga le pasaba factura con algún que otro dolor de espalda, pero nada que el gran Luis no pudiera sobrellevar.
Desgraciadamente para él, cada vez era mas conocido y su figura empezaba a sobresalir demasiado. Acaparaba tantos trabajos que podían repartirse fácilmente entre varios amigos. Para ello, le dieron una fiesta en su honor. Al llegar y ver el recibimiento se sobrecogió, no lo podía creer, era lo mas grande que habían hecho por él, se sentía especial. Durante la fiesta se lo llevaron a la parte de atrás de una de las casas y le dieron a probar una nueva droga que le provocó una sobredosis. A día de hoy los médicos todavía no saben si sobrevivirá
Desde su pueblo, mientras los amigos se reparten el pastel, le envían mensajes de apoyo que dicen: Se fuerte! Mañana te llamare. un abrazo.
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