En las últimas elecciones de enero de 2022 votamos por fin con listas abiertas y una única circunscripción.
Aunque muy polémica, la ley de garantía social y renta básica incondicional fue finalmente aprobada en marzo de 2022. Desde enero de 2024, hace ya 15 meses, es una realidad.
¿En qué se ha gastado el dinero?
Menos hipotecas, más consumo. El privilegio de algunas familias de tener sus primeras vacaciones en años. La felicidad de otros al salvar su empresa o al decir adiós al jefe abusador.
Se acabó pelearse por un trabajo y sueldos ínfimos. Los empleadores anuncian y promocionan sus ofertas al máximo, buscando buenos candidatos y ofreciendo condiciones muy beneficiosas para captarles.
El paro ha bajado del 24 a un 6%, aunque para explicar estas cifras debemos recordar que casi 600.000 trabajadores dejaron sus empleos para continuar su educación, dedicarse a menores o dependientes en su familia o empezar su propia empresa. Así mismo, el porcentaje actual de personas con más de un trabajo o con jornadas laborales superiores a 28 horas es inferior al 8%.
Ni tanta crisis ni bienvenida al comunismo.
Esta renta no condicional ha aumentado la libertad de los ciudadanos con consecuencias también en su interés por la actividad política y mayor participación en una democracia más directa.
La llamada al miedo de las grandes empresas y el principal partido de la derecha conservadora neoliberal dio lugar a un nuevo partido de extrema derecha y al movimiento por rechazo a la renta básica. Debido a la incondicionalidad de la renta no es posible rechazarla, pero se ha hecho posible devolverla íntegra al final de año.
Quién iba a decir que aquellos que antes escondían su patrimonio para pagar menos impuestos ahora, en una muestra de patriotismo, aunque algunos lo llaman simple orgullo, están devolviendo este dinero al estado.
Tras la campaña de 2024 por un consumo y pago de impuestos nacional, conscientes de que un elemento contribuyente a la redistribución de la renta son los impuestos, el gasto en pequeña y mediana empresa nacional ha subido en un 37%.
La responsabilidad ciudadana se puede observar también en la caída de los trabajos sin contrato por debajo de un 3% y el aumento de un 400% en los contratos de alquiler, principalmente por parte de aquellas personas hasta ahora subalquiladas sin regular.
El coeficiente de Gini, principal tasa de desigualdad en comparativas internacionales ha bajado a tasas que nos ponen a la cabeza en Europa y España se encuentra entre los principales países en bienestar percibido y a la cola en pobreza y desnutrición infantil.
La eliminación de becas condicionadas, reduciendo costes administrativos, ha redistribuido un 40% de los presupuestos a los ciudadanos y apoyado una reducción considerable de la corrupción estructural y la discriminación sistémica a diversos grupos sociales.
"Ya nadie puede decir que vivimos del trapicheo, que conseguimos nuestros bienes con timos o negocios ilícitos o que nos aprovechamos del sistema" dice la representante de Asociación de Inmigrantes de España, "Ahora las estadísticas muestran que creamos empleo en áreas de innovación".
La seguridad económica trae muchas otras consecuencias de la mano, permitiendo a los ciudadanos planear más allá del corto y medio plazo.
Se ha disparado la tasa de emancipación y más familias comienzan a tener hijos, dejando algunas comunidades autónomas como Asturias y La Rioja de tener una tasa de natalidad negativa.
Las cuentas del país terminaron el año en positivo. Recordemos aquí que la renta básica incondicional sale de la redistribución de los presupuestos del estado ya existentes entre todos los ciudadanos. Sin tocar el presupuesto para seguridad social y educación y con un porcentaje del antiguo gasto en defensa y casa Real. El recorte en defensa ha sido inferior al número de militares que han decidido cambiar su profesión, por lo que se espera una reserva económica a partir de 2026. El presupuesto para la casa Real seguirá igual a la espera del ya acordado por todos referéndum por una continuación de la monarquía o una tercera república. Este referéndum, otro ejemplo de la mayor participación democrática en España, tiene una hoja de ruta a seguir y puede que tarde en realizarse más de un año.
La UE de los 29 ya tiene una renta básica parcial o completa en 14 de sus países y se espera al próximo 3 de enero, día en que la primera fase comenzará en Macedonia, al igual que ocurrió en España, llegando a la cuenta corriente de los ciudadanos con mayores necesidades.
Este será un gran evento para la UE ya que representará también el momento en que más del 50% de los países miembro confían en un aumento de la libertad y seguridad de sus ciudadanos, un mayor bienestar social y una desligación de la identidad del individuo al trabajo.
¿El siguiente paso? Andalucía y Cataluña ya presionan al estado por una banca nacional. Si el proceso no comienza antes de 2026, lo harán a nivel autonómico.