Aunque un montón de evidencias me empujan a pensar que soy una mala persona, en el fondo me gusta engañarme con que no lo soy, pero la verdad es que cuesta bastante, no porque me dedique a descuartizar a ancianas o tenga un plan para envenenar los suministros de agua potable de una megápolis, pero no pasa un día sin que me descubra pensando las más salvajes crueldades, y lo peor de todo, las pienso mientras me descojono, me hacen gracia, imaginar la mayor burrada posible entra dentro de un sentido del humor muy infantil y desquiciado que no consigo …