Nacido en la ciudad de clase trabajadora de Belfast del este, era inevitable que George Best terminaría enamorándose de el "beautiful game". Las imágenes de su infancia muestran a la futura superestrella como un niño pequeño con una pelota a sus pies, pero a quien su falta de presencia física llevó al club de su barrio, el Glentoran, a rechazarlo y descartarlo del equipo a los 14 años por ser "demasiado pequeño y delgado".