Las últimas décadas se caracterizaron por un aumento brutal la desigualdad y una creciente concentración del poder económico y político, lo que debilita cada vez más los ideales democráticos con los que los gobiernos occidentales dicen estar comprometidos.
El poder subvierte la voluntad popular. No hace falta capitalismo para que exista gente con poder que haga a su bola como bien demuestra la URSS, cualquier comunidad tribal, cualquier país feudal, teocracia, etc. De hecho argumentaría que el capitalismo es un método ecualizador, transforma buena parte del poder, que es etéreo y en muchos casos difícil de ver, en algo contable, medible, transferible, administrable y por tanto, sujeto a revisión y responsabilidad.
#2 vGeeSiz 
#5 rojelio 
#6 Artok 
#1 alcama 
