Hace 7 años | Por xaviazo a astrofisicayfisica.com
Publicado hace 7 años por xaviazo a astrofisicayfisica.com

Los anocheceres de febrero, entre el final del crepúsculo y la medianoche, nos permiten ver en la eclíptica, culminando a gran altura, la constelación de TAURO, con el singular cúmulo abierto de Las Pléyades (M45), y la gigante naranja Aldebarán (Alpha Tau), el "rojo ojo del toro celeste"

Comentarios

pys

Muy interesante el envío. Me compré hace poco un libro de astronomía y desde entonces he empezado a mirar al cielo nocturno (sin instrumentos). Sin embargo, en la ciudad, lo único que me permite ver la contaminación lumínica es el círculo de invierno y el carro