Los rayos cósmicos son partículas altamente energéticas que son aceleradas a velocidades cercanas a la de la luz y que llegan a nuestro planeta tras propagarse por el espacio.
Los rayos cósmicos proceden de fenómenos astrofísicos violentos tales como fulguraciones solares o explosiones de supernovas. Pueden ser acelerados a velocidades relativistas bien por la fuente emisora o por el entorno en el que se mueven.