Muchos los sitúan a la altura de platos icónicos de la gastronomía asturiana como la fabada o el arroz con leche. Sin embargo, no es una receta histórica en el Principado. Es más, ni siquiera se sabe muy bien cuál es su origen. Parece ser que la idea partió, a mediados de los años 40 del pasado siglo, de Olvido Álvarez, cocinera ovetense. En los últimos diez años y tras un largo periodo en que pasó al ostracismo, se ha desatado la cachopomanía, una auténtica fiebre extendida más allá de los límites de Asturias.