Lo grave no es él, es lo que representa: un deterioro profundo de las raíces de un país entero, donde los partidos y grupos de derecha y ultraderecha han convertido la bandera en su marca de identidad, y a la vez frontera ideológica. Así las cosas, una vez impuesta la idea, los demás, los que no comulgamos con los reaccionarios, no portamos ni mostramos ya nunca la bandera, para no ser tenidos o confundidos con lo que no somos. Y eso siendo un simple ciudadano despolitizado, si encima eres activista social o político de izquierdas ...