Hace unos días asistí en primera persona a la confidencia de un conocido que presumía de conocer el auténtico e infalible remedio para los constipados, gripes y otros malestares similares. Este personaje, de sesenta y muchos años —una edad importante—, la verdad es que aparenta muchos menos. Se jubiló oficialmente hace unos meses (era autónomo), aunque sigue trabajando; se mantiene muy activo y, si te dice que tiene 58 años, pues nadie podría discutirlo. Es un señor que se podría encuadrar …