Cenicienta vuelve a casa. Adiós al zapato de flashes y titulares, al brillo de las medallas olímpicas. Vuelta a los harapos, a la madrastra del día a día: el deporte femenino español, cuajado de triunfadoras, sigue huérfano de apoyo. El éxito y el prestigio serán flor de un día si no se apuesta por ellas y por esos clubes que caen como fichas en el dominó de una crisis que arrasa con subvenciones y mecenazgos.
Comentarios
De este palo, aún con sus peros, me gustó más este otro artículo:
http://www.jotdown.es/2012/08/nadie-hablara-de-vosotras-cuando-hayais-muerto/