Publicado hace 11 años por --303142-- a noticias.lainformacion.com

Cantos nacionalistas, fuerzas paramilitares integradas en grupos ultras, gases lacrimógenos, cañones de agua y una patada de un futbolista al pecho de un policía. Ese fue el explosivo cóctel que provocó que un partido de fútbol entre un equipo croata y otro serbio se convirtiese en una batalla campal. Se saldó con 200 heridos y para muchos croatas sigue siendo el inicio simbólico de su guerra de independencia. 23 años después las selecciones de ambos países se vuelven a encontrar en el mismo escenario.