Me quedo con el de Riquelme. La elegancia del gesto es asombrosa.
Caño libra, de toda la vida, de pequeño hubo una época en la que celebrabamos más los caños que los goles
¡Qué tunel! ¡Será caño!
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Me quedo con el de Riquelme. La elegancia del gesto es asombrosa.
Caño libra, de toda la vida, de pequeño hubo una época en la que celebrabamos más los caños que los goles
¡Qué tunel! ¡Será caño!