Hace 10 años | Por conversador a deportes.elpais.com
Publicado hace 10 años por conversador a deportes.elpais.com

Cuando Ervin Zádor salió de la piscina aquel 6 de diciembre de 1956 parecía que el agua se había vuelto roja. Con la cara ensangrentada, el jugador de la selección húngara de waterpolo encarnaba todo el odio que se había vertido en la pileta olímpica de Melbourne. El húngaro conquistó cinco medallas en esos Juegos y está considerado uno de los mejores de la historia.

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noexisto

Leed el palmarés. Flipante!