Hace 11 años | Por Autch a manueljabois.com
Publicado hace 11 años por Autch a manueljabois.com

Lucho Herrera, el jardinerito de Fusagasugá, subió una tarde de julio de 1984 Alpe D’Huez sin levantarse del sillín. Batió pedales y camino a la cima fue dejando a Bernard Hinault, Laurent Fignon y Perico Delgado como si fuesen migas de pan por las 21 curvas de herradura del gigante francés. Allí donde reventaron piernas que se creían de diamante y tocaron la gloria los elegidos entre muchedumbres que se volcaban hasta abrir un río humano entre pedaladas exhaustas, y volaría tiempo después un Pantani enloquecido despedazando a unos y otros hast