Hace 10 años | Por --386021-- a jotdown.es
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Kim Vilfort recibió la llamada y decidió que lo mejor era volverse. Quizás el error, en primer lugar, estuvo en ir a Suecia mientras su hija de siete años luchaba en la cama contra la leucemia. Las tragedias también se ceban con los jugadores profesionales aunque sean casi desconocidos, centrocampistas del Brondby con bigote y nervio ochentero. Antes de irse, en cualquier caso, Vilfort, treinta años, dejó el típico mensaje para los compañeros: «Volveré pronto, serán unos días, no quiero perderme la final».