Hace 11 años | Por Matroski a jotdown.es
Publicado hace 11 años por Matroski a jotdown.es

Cuenta la leyenda que todos los años, al llegar la primavera, Pedro Pidal acudía a la explanada del Pozo de la Oración, situada entre las poblaciones cabraliegas de Poo y Carreña, y se detenía a observar la inmensa mole de caliza que, allá a lo lejos, interrumpía el discurrir del horizonte y atravesaba las nubes con una implacable osadía vertical.