Hace 9 años | Por Olimpija a highbury.es
Publicado hace 9 años por Olimpija a highbury.es

Es la una de la tarde. Parecía que no iba a llegar nunca. Hugh andaba mareando la perdiz, haciendo como que hacía algo, pero no hacía nada. Solo mataba el tiempo. Aquella nave en la que se encerraba durante tantas horas al cabo de la semana iba a abrirse de nuevo. Tan pronto como oye la sirena, esboza una sonrisa delatadora. Tiene planes: su amado Stoke City juega en casa. ¡Empieza el fin de semana!