Los guerreros del agua mostraron que se puede luchar sin caudillos, ni partidos, y que el pueblo organizado es capaz de grandes triunfos por sí mismo.Fue uno de los mayores parteaguas de nuestra historia reciente. Con epicentro en Cochabamba, Bolivia, la Guerra del Agua abrió un nuevo periodo en las luchas populares en América Latina. No sólo consiguió deslegitimar el neoliberalismo, sino que al colocar en el centro la horizontalidad y la obediencia de los dirigentes a las bases, marcó a fondo el ciclo de luchas que se abrió en 2000 y culminó c