Los gatos suelen tener un comportamiento muy distinto al de los perros. No siempre están de buen humor, son más independientes y rara vez son sacados a pasear con correa. El caso de este felino es distinto. Se llama "Kodi", y su dueño asegura que desde que nació se comporta como un verdadero perro.
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En mi caso es lo contrario: mi perro quiere ser un gato