Brindemos por la nueva masculinidad. Menos violenta. Más inclusiva. Más comprensiva. Más tolerante. Más atractiva. Más cercana a lo que demanda la mujer moderna, en suma.
Van cinco copas.
Primo, pro numata vini, como en Carmina Burana. Brindemos, lo primero, por quien pague el vino.
Segundo:Brindemos por esa masculinidad que hará que las modelos salgan con los reponedores de los supermercados en vez de con los futbolistas famosos. Por la nueva masculinidad que conseguirá que las chicas jóvenes y guapas no se casen con vejestorios ricos, sino con los contables de estos vejestorios. Y si no es posible llegar a tanto, al menos que la chica guaopa de cuarto de medicina salga con el repetidor de segundo de FP. Ellas sabrán valorarnos más allá de los viejos tópicos del patriarcado.
Tercero: Brindemos por esa masculinidad en que los escayolistas compartan empleo y horario con sus compañeras las alicatadoras, y los mineros con las pescadoras, como lo comparten ya los administrativos con las contables, los abogados con las psicólogas y los curas con las monjas. Brindemos por eso, y por el éxito ya cosechado: ha sido la proliferación de camioneras, todos lo sabemos, lo que ha cerrado los puticlubs de carretera. ¿Qué otra cosa podría haber sido, si no?
Cuarto: Brindemos por esa masculinidad solidaria, enemiga de la desigualdad, en que los feos ligarán tanto como los guapos, en que los gordos tendrán las mismas opciones eróticas que los atléticos, en que los bajitos y rechonchos no tendrán que aspirar a buscar en la escombrera, porque las mujeres que han promovido esa nueva masculinidad sabrán permiar sus esfuerzos. Ellas los acogerán, encantadas, entre sus brazos y sus piernas.
Quinto: Brindemos finalmente, amigos míos, por todos los hombres del mundo que aún no creen en ella, para que se conviertan a la nueva masculinidad, que tantas ventajas les va a otorgar respecto a sus actuales y miserables vidas. Brindemos porque nuestras mujeres puedan atravesar libres y borrachas sus países y sus barrios, sin miedo, sin riesgo y sin sostén.
¡¡¡Salud!!!
Comentarios
Permítanme brindar también por un grupo, pero solo de mujeres. Ellas, que forman en exclusividad el grupo que moldea la nueva sociedad y, dentro de esta nueva sociedad, la nueva masculinidad. Ellas, que lo hacen todo con perspectiva de género sin tener que hacer los cursos porque lo llevan en su forma de trabajar.
Ellas seguirán moldeando la nueva masculinidad llevándola, ellas solas, repito, a nuevas cotas que permitan una sociedad donde esta vez sí, a su modo de ver, esto es, con perspectiva de género, todos seamos iguales.*
* Recordemos que la no discriminación es tratar igual a los que son iguales. Nada se dice de dividir nada en grupos característicos y tratarlos a cada uno de diferente manera.
Salud Rigel_XVI! Has dado en una de las dianas: la presión de la selección sexual. El feminismo no puede pedir cambios de roles para los hombres, si no hay cambios de criterios de selección sexual para las mujeres. Y eso no lo verán nuestros ojos.