Manuel Azaña, a la sazón ministro de la guerra, pronunció las siguientes palabras en su discurso del 13 de octubre de 1931 a la cámara constituyente sobre la cuestión religiosa:“España ha dejado de ser católica. Hay que organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica”
Es evidente que Azaña se refería a la necesidad de implementar el laicismo de estado, tanto en la Constitución como en todas las leyes y estamentos del Estado. La unión del poder de la iglesia católica y el Estado español, presente en toda la historia anterior de España se presentaba por tanto como un hecho asociado al antiguo régimen monárquico que debía ser superado por una concepción democrática y aconfesional del estado.
España ha dejado de ser católica. Hay que organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica
Sin ninguna duda, ese laicismo de estado se vio reflejado claramente en la Constitución de la Segunda República que, en su artículo 3, proclamaba que “el Estado español no tiene religión oficial” y en el 27 que “la libertad de conciencia y el derecho a practicar y profesar libremente cualquier religión quedan garantizados en el territorio español, salvo el respeto debido a las exigencias de la moral pública”. Naturalmente, el concordato con la santa sede que mantenía el estado desde 80 años atrás, quedaba derogado.
La implementación efectiva de la laicidad del estado fue una de las prioridades de la Segunda República, se aprobó una ley de divorcio, se construyeron colegios públicos para absorber el alumnado de colegios religiosos, los cementerios fueron declarados municipales, etc.
La iglesia católica reaccionó apoyando movimientos golpistas desde los primeros días de la naciente república, culminando estas ideas antidemocráticas con el apoyo al golpe de estado militar de 1936 y posicionándose en el bando fascista y en contra del régimen republicano legítimo durante la posterior guerra civil promovida por las fuerzas reaccionarias ante el fracaso del golpe de estado.
La dictadura posteriormente instaurado por el bando franquista vencedor tuvo inicialmente una marcada influencia de las ideas nacionalsocialistas y fascistas, principalmente representadas por los fascistas de Falange, cuyo apoyo a los golpistas en la guerra fue decisivo para que la perdiera el bando republicano legítimo.
Tras la derrota de la Alemania nazi y la Italia fascista en la segunda guerra mundial, la dictadura fascista de Franco se vio huérfana de apoyos internacionales y solo pudo apoyarse en la iglesia católica que le proporcionó un primer reconocimiento internacional a cambio de la firma de un concordato que convirtió de facto a España en un país cuya religión oficial era la católica. La iglesia recibió todo tipo de prebendas y poderes para imponer sus creencias en un país destrozado y arruinado por la guerra civil.
Los cuarenta años de dictadura llevaron a construir un país en el que más del 90% de la población se declaraba católica y en el que las celebraciones religiosas se impusieron a la fuerza como motor de identidad de la población.
Así las cosas, llegó el fin de la dictadura y una transición a un régimen democrático, plasmado en la Constitución de 1978, que permitió que España ingresara en las instituciones de los países democráticos occidentales. Pero no todo fue una idílica vuelta a la democracia. El poder del estado no dejó de estar dominado por las instituciones del estado franquista y algunos pilares de la dictadura fueron considerados intocables por la fuerzas franquistas durante toda esa transición. Uno de ellos es la monarquía instaurada por Franco al nombrar a Juan Carlos Borbón como su sucesor en la jefatura del estado, y el otro fue el poder de la iglesia católica.
En un ridículo “tour de force” lingüístico, se redactó un artículo 16 de la constitución que, en su apartado 3 declara:“Ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Es decir, se dice una cosa y, sin solución de continuidad, se declara la contraria. El objetivo es aparentar que se afirma el carácter aconfesional del estado, pero permitiendo que, nada más aprobada la constitución en un referendo, se aprobaran también los acuerdos con la santa sede que ya habían sido negociados en secreto entre las autoridades franquistas y la propia iglesia católica.
El poder del estado no dejó de estar dominado por las instituciones del estado franquista y algunos pilares de la dictadura fueron considerados intocables por la fuerzas franquistas durante toda esa transición. Uno de ellos es la monarquía instaurada por Franco al nombrar a Juan Carlos Borbón como su sucesor en la jefatura del estado, y el otro fue el poder de la iglesia católica.
Se preservaron en ellos la práctica totalidad de los privilegios adquiridos durante la dictadura anterior, incluyendo la financiación del estado y la presencia de la iglesia en las principales instituciones del estado, entre ellas sanidad, educación y ejército. El apoyo del estado durante el régimen actual ha incluso superado en algunos aspectos al propio franquismo, como en la financiación generalizada de colegios de ideología religiosa católica, o en la entrega del patrimonio histórico artístico español a la iglesia a través de las llamadas inmatriculaciones.
El poder del estado no dejó de estar dominado por las instituciones del estado franquista y algunos pilares de la dictadura fueron considerados intocables por la fuerzas franquistas durante toda esa transición. Uno de ellos es la monarquía instaurada por Franco al nombrar a Juan Carlos Borbón como su sucesor en la jefatura del estado, y el otro fue el poder de la iglesia católica.
Sin embargo, ha habido una evolución de la sociedad española que la iglesia se ha visto incapaz de atajar. La fe de los españoles en la religión se diluye constantemente y de manera imparable, a un ritmo que solo puede ser visto por los obispos como una catástrofe inminente.
Existe un buen lugar para acudir en busca de esta información, las encuestas realizadas por el CIS. Estos sondeos preguntan a los españoles sobre creencias religiosas dividiendo los católicos en dos categorías: católico practicante y católico no practicante. Los límites entre estas dos categorías es difuso, y además un católico no practicante es un oxímoron en si mismo pero nos permite acotar por arriba el porcentaje de católicos con garantías de que lo más probable es que el porcentaje sea sobrevalorado. Este porcentaje ha bajado dramáticamente desde la llegada de la democracia, pero en todas las encuestas del CIS, al menos las que yo he podido estudiar hasta ahora, se había mantenido por encima del 50%.
En este trabajo se pregunta también sobre la religiosidad, resultando que el 15,8% se declara católico practicante y el 33,1% se declara católico no practicante, lo cual lleva a un 48,9% de católicos en España.
Pero hace unos días ha aparecido un sondeo del CIS en el que el objetivo principal es valorar la opinión de los españoles sobre los impuestos del estado. En este trabajo se pregunta también sobre la religiosidad, resultando que el 15,8% se declara católico practicante y el 33,1% se declara católico no practicante, lo cual lleva a un 48,9% de católicos en España. Podemos decir entonces que, por fin, España ( su población) ha dejado de ser católica. Es posible que, en algunos sondeos posteriores, puedan aparecer de nuevo porcentajes de católicos mayores del 50%, pero será solo anecdótico, la tendencia a la secularización es imparable.
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Comentarios
Enlace al sondeo del CIs
https://www.cis.es/cis/opencms/ES/NoticiasNovedades/InfoCIS/2023/Documentacion_3418.html
Por cierto en el mismo trabajo se hace la pregunta: ¿Podría decirme si ha marcado la casilla que destina un porcentaje de sus impuestos: a la Iglesia católica, a fines sociales, a ambas o no ha marcado ninguna casilla?
La respuesta es que solo el 30,4% de los españoles marca esa casilla para la iglesia católica o para ambas.
#1 España dejará de ser católica cuando se elimine esa casilla.
#12 El que adjuntas no es el último del que habla el artículo enlazado en #1
#14 Esta en caída libre.
#1 La verdad es que el 30% me parece un disparate de gente.
Queda mucho por evolucionar como sociedad.
#1 en el mismo trabajo se hace la pregunta: ¿Podría decirme si ha marcado la casilla que destina un porcentaje de sus impuestos: a la Iglesia católica, a fines sociales, a ambas o no ha marcado ninguna casilla?
La respuesta es que solo el 30,4% de los españoles marca esa casilla para la iglesia católica o para ambas.
Esta pregunta es muy interesante porque el Estado tiene los datos reales y puede comprobar si se ajusta a la realidad o la muestra del CIS es inválida.
Y no, los datos de a quién se va a votar no es lo mismo porque hay gente que puede variar su voto de un día a otro.
GraciasEsteban_Rosador . Buen hito conseguido por el Pueblo español... a la vanguardia de los países más secularizados. La evolución de la secularización es brutal en términos sociológicos... aunque menos rápida de lo que nos gustaría a algunos. Pero...
La clave está en la intransigencia de los religiosos que se aferran a sus privilegios: El más intolerante gana. La dictadura de la pequeña minoría
El más intolerante gana. La dictadura de la pequeñ...
terceracultura.netHace tiempo que son una minoría (me gusta más la "estadística" de las X en la declaración de Hacienda 1/3 aprox)... una minoría intolerante, pero con recursos, que controla muchos medios de comunicación y puestos directivos muy relevantes en la justicia y política... mientras la mayoría de no creyentes no nos organicemos para poner freno a esta minoría de iluminados no acabaremos comportamiento institucional anticientífico y neoteocrático.
Todos los partidos políticos hacen cábalas sobre su posicionamiento en distintas temáticas y su repercusión en votos y está comprobado que los no creyentes claudicamos muy rápidamente en nuestras reivindicaciones laicistas. Tanto que no nos representa ningún partido a pesar de ser mayoría.
Habría que dar un golpe encima de la mesa y formar un partido científico-ateo, estilo PACMA para presentarse a las elecciones europeas, que es circunscripción única y demostrar que la laicidad es algo deseado por la amplia mayoría de la sociedad.
#7 "me gusta más la "estadística" de las X en la declaración de Hacienda 1/3 aprox"
A mi me gustaría ver esa misma estadística pero con el sistema alemán, donde el clero se llevará un 8-10% ADICIONAL de lo que pagues a Hacienda, no como ahora ya que poner la "X" quita ingresos al estado. Aún así el importe de esa "X" es apenas un ~3% de lo que detrae la iglesia al estado anualmente.
Todos los capillitas que estuviesen dispuestos a rascarse el bolsillo y pagar de más para sostener el negocio del clero deben suponer un 12.000 millones anuales), entonces saldrían a ~8.500€/año por cada persona de ese 3%, entonces está claro que la iglesia como tal desaparecería por completo. Siendo capillita el 60% de la población que todavía intentan hacernos creer desde la Conferencia Episcopal, saldrían a ~425€/año, lo que tampoco es muy "agradable" para la economía familiar media.
#0 Esto lo tienes dos veces
El poder del estado no dejó de estar dominado por las instituciones del estado franquista y algunos pilares de la dictadura fueron considerados intocables por la fuerzas franquistas durante toda esa transición. Uno de ellos es la monarquía instaurada por Franco al nombrar a Juan Carlos Borbón como su sucesor en la jefatura del estado, y el otro fue el poder de la iglesia católica.
#13 muchas gracias. Ya me lo habían indicado, pero prefiero no editar una vez publicado.
Ahora el psoe republicano y laico se pone a ello...
#2 el día que tengamos un estado laico de verdad, será gracias a un gobierno de PSOE y de los partidos a su izquierda. Cualquier gobierno de nuestra derecha originada en el franquismo está destinado a potenciar los privilegios de la iglesia.
#3 lo segundo es cierto
#4 pues esperemos que también sea cierto lo primero.
#5 Ojalá pero lo dudo
#3 el posoe es el principal valedor tanto de la iglesia como de la monarquia. Me explico:
ppox son parte de las mencionadas elites y seria de genero idiota que tiraran contra ellos mismos. Mientras tranto el posoe siendo uno de los partidos mayoritarios en españa y con poder suficiente para iniciar un debate que lleve al desmantelamiento real de dichas elites, no solo no lo hace sino que defiende tanto a los supremacistas como a la casta pederasta.
#15 el hijo... El hijo....
Me lo creeré cuando deje de leer dos noticias al respecto a la semana.
Entre tanto y no, ¡¡viva Cristo Rey!!
#9 ¿Ese era el domador que andaba con una cantante?
Enhorabuena españoles!!!
Segun el CIS, todavia son un 53%, y bajando segun van palmando los mas viejos.
España es católica hasta la muerte, pues esa multinacional está enquistada en el funcionamiento del Estado
Por qué fracasan las naciones: Why Nations Fail The Origins of Power, Prosperity, and Poverty, publicado por primera vez en 2012, es un libro de los economistas Daron Acemoglu y James A. Robinson la conclusión central del libro, que es que el fracaso de las economías se debe a menudo a instituciones beneficiosas para las élites en detrimento de otras WP SV why nations fail + deepl