Es extraño que una persona acabe en urgencias por un orgasmo, pero esto es lo que le ocurrió a Liz, una mujer de Seattle. Acababa de tener relaciones sexuales con Eric, su pareja, pero un buen rato después todavía estaba inmersa en una vorágine de placer.Cuando ya llevaba una hora de clímax, Liz empezó a sentir miedo. Al alcanzar las dos horas, fue trasladada de urgencia al hospital, donde el personal médico pensó que estaba de parto. El orgasmo le duró más de tres horas antes de que finalmente desapareciera
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