Alicia Kier y su hija Patricia Martínez perdieron ayer su vuelo en Barajas de Iberia a Granada, sufrieron un timo de 100 euros y tuvieron que acabar haciendo el trayecto Madrid-Granada en autobús. Lo que podría haberse evitado si la mujer, de 75 años, y su hija, de 45 y discapacitada intelectual hubiera recibido la asistencia para personas de movilidad reducida que pidieron a Aena, la empresa pública gestora del aeropuerto de Barajas. Aena ha abierto expediente a la unión temporal de empresas, de Iberia-Eulen.
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