Hemos vuelto a ver a los grises en la Complutense. Cuestión de memoria. Lo sabíamos de las fotos, de los relatos de los mayores. Ahora visten diferente, pero es la misma historia. Durante el franquismo, la desesperación de una dictadura que se prometía eterna. Ahora, la desesperación ante una democracia que, más allá del nombre, es una burla.
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