Los agentes descubrieron, además, en esta inspección rutinaria tres porras extensibles, una porra metálica con clavos en la punta y dos navajas de grandes dimensiones. Todas estas armas prohibidas estaban en poder de los once porteros y un único vigilante de seguridad acreditado. Los agentes decidieron acercarse a este local tras recibir en los últimos cinco meses doce denuncias de clientes, que decían haber sido agredidos por los porteros, con su correspondiente parte médico de lesiones.
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