Según ha publicado la revista Nature, se cree que los bebés, mucho antes de aprender a caminar son capaces de diferenciar entre alguien que los va a ayudar y alguien que los puede llegar a dañar. Y como es lógico prefieren estar alrededor de aquellos que perciben como fuente de ayuda. El artículo del link detalla el experimento con el que se llega a dicha conclusión.
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