(..) El problema de la discriminación es real y debe ser solucionado. Pero la solución no es dejar de pagar a la empresa que puso el capital e hizo las obras para que la autopista fuera construida. La culpa del problema no la tiene Abertis y, por lo tanto, castigar a esa empresa carece de sentido. El culpable de la situación discriminatoria es el gobierno central del estado que durante años ha invertido en Catalunya mucho menos de lo que era necesario mientras malgastaba el dinero en otras zonas con menos necesidades de inversión.
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