Este barrio prefabricado a 40 kilómetros de Tegucigalpa es la residencia de más de 1.300 familias damnificadas por el huracán desde hace siete años. Sus vecinos se conocieron en los albergues habilitados por el desastre y ahora autogestionan la comunidad. Presume de tener todo lo que una ciudad necesita para ser considerada como tal. El problema: la ausencia de políticas del Estado y la falta de alternativas para los jóvenes empujan a la violencia en un enclave donde operan las maras.
|
etiquetas: gestion , cooperacion , ayuda , autogestion