La crisis de 1929 y la actual comparten una característica: ambas fueron causadas por los errores de políticos y banqueros centrales. Para salir se necesita liderazgo. Pero la socialdemocracia europea no logra encontrarlo. Pocos líderes de la socialdemocracia europea, y aun de entre los conservadores del Viejo Continente, discreparán del análisis que Barack Obama ofreció el miércoles pasado en Washington.
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