Se puede reducir la criminalidad sin mano dura ni pena de muerte. Eso pasó en Diadema, un municipio de San Pablo que se había convertido en el distrito más peligroso de Brasil. Los resultados fueron contundentes: la tasa de homicidios bajó de 110 cada 100 mil habitantes en 1999 a 34 cada cien mil en 2004, los asesinatos se redujeron de 374 en 1999 a 80 en 2008 y la violencia doméstica cayó un 90 por ciento.Con una ordenanza cerraron los bares de noche, dieron becas a los chicos para que fueran a la escuela, crearon una policía municipal...
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