Hace ahora poco más de 100 años, el premio Nobel de Medicina, Elie Metchnikoff sugirió que las bacterias ácido lácticas del intestino desempeñaban un papel prioritario en la salud e incluso en el proceso de envejecimiento. En la actualidad se ha empezado a estudiar cómo la actividad de estas bacterias influye en procesos cerebrales tales como la inflamación neuronal, la neurotransmisión y la neurogénesis.
Existe ahora evidencia de una vía de acción microbiota-intestino-cerebro implicada en las adicciones, y en animales se ha podido comprobar que la disminución de la microbiota influye en el ansia de consumir drogas.
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