Meredith Borowiec, una canadiense de Calgary, quedó embarazada en 2008. Ocultó su embarazo y cuando el niño nació, lo tiró al contenedor de la basura. Un año despues volvió a quedar embarazada, y volvió a tirar al recién nacido al contenedor de la basura. Al año siguiente, en 2010, volvió a quedar embarazada de nuevo. Y volvió a tirar al niño a la basura. Esta vez fue encontrado a tiempo. Meredith confesó los asesinatos y acaba de ser condenada a tres años de cárcel, por lo que saldrá de la cárcel dentro de año y medio.
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