Cientos de trabajadores en el sector financiero, afirma Serratt, están echando mano de las drogas para soportar la ansiedad de los despidos o el recorte de las gratificaciones. «Un adicto con ansiedad, cuanto más ansioso se siente, más cocaína toma. Y cuanta más coca toma, más ansioso se siente», explica. Serratt acusa a las compañías financieras de hacer la vista gorda, porque el consumo no afecta directamente al trabajo de los empleados.
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