Daba sobres de dinero a agentes que en sus noches libres protegían la residencia de verano que alquilaba en Ibiza. Los investigadores nunca pudieron identificar a los agentes, que Correa conoció a través de un comisario de Mallorca. Ningún miembro de la Policía ni de la Guardia Civil puede tener otro empleo sin la correspondiente autorización, bajo pena de grave sanción.
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