Apple factura gran parte de su negocio a través de sus oficinas en Nevada, un Estado donde no se tributa por impuesto de sociedades. En Europa, la compañía repite su estrategia al facturar a través de filiales irlandesas y redirigir parte de los beneficios a los Países Bajos, dos países con muy amplias exenciones de impuestos de sociedades y sobre el rendimiento del negocio. Lo mismo ocurre con las descargas de iTunes, que se facturan a través de una filial de Luxemburgo, prácticamente sin tributación. También pasa con Google o con Facebook.
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