El Partido Republicano nunca midió las consecuencias de su pacto con el movimiento Tea Party para ganar las elecciones legislativas de 2010. Nunca entendió la naturaleza anárquica de los cuarenta congresistas que se incorporaban en esa fecha a la Cámara de Representantes. Nunca calculó el grado de fanatismo, amateurismo e intransigencia de un puñado de políticos que vino a Washington a limpiar el sistema y no tiene escrúpulos en llevarse por delante lo que sea preciso para conseguirlo.
|
etiquetas: tea party , eeuu , republicanos