Siempre inconformista, el pintor catalán Joan Miró se rebeló volcándose a los viejos maestros. Y no cualquier viejo maestro: empezó con las escenas costumbristas de Jan Steen y Hendrick Sorgh, con sus estereotipos de sirvientas revoltosas, comensales borrachos y niños pícaros. En "Miró: Interiores holandeses" actualmente en el Metropolitan Museum, estas presencias se convierten en apariciones surrealistas flotantes desconectadas y ambiguas pero igualmente maliciosas.
|
etiquetas: joan miró , arte , pinturas , cultura , interiores holandeses