Aunque en el norte del país hay otros lugares similares e incluso más antiguos, como las cuevas budistas de Dunhuang, Yungang y Longmen, la particularidad de Dazu reside en que sus estatuas de piedra representan en perfecta armonía a las tres principales corrientes filosóficas y religiosas de Asia: el confucionismo, el budismo y el taoísmo. Por ese motivo, y debido también a su deslumbrante belleza, la Unesco no dudó en diciembre de 1999 en declarar Patrimonio de la Humanidad a tan espectacular muestra del arte rupestre chino.
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