Touriño reaccionó peor que mal en público -sin saber dar una respuesta en rueda de prensa, ni buena ni mala- y en privado y no ha logrado desprenderse del sambenito de despilfarrador de fondos públicos en toda la campaña electoral. Quién puede olvidar la silla de 2.300 euros de Touriño o la librería de 119.559 euros de su despacho. El malestar en el cuartel general de los socialistas por el discurso de su candidato ha sido un clamor.
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