La batalla que más bajas francesas causó en la Segunda Guerra Mundial no tuvo lugar en los bosques de Alsacia ni en la defensa de París. Ni siquiera tuvo al ejército alemán como protagonista. El 3 de julio de 1940, una flotilla británica bombardeó al grueso de la Armada francesa en el puerto de Mers-el-Kébir, en la Argelia francesa. Hundieron el buque «Terre Neuve» y dañaron seriamente otros cinco navíos en sucesivas oleadas y persecuciones en alta mar. Murieron 1.297 marinos franceses, y 350 quedaron heridos.
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